Cuando se trata de coches tradicionales con motor de combustión interna (ICE) de gasolina o diésel, la mayoría de los conductores entienden que el consumo de combustible se mide en litros por cada 100 kilómetros (L/100km) o en millas por galón (mpg).
Si el vendedor de un concesionario te dice que un coche familiar rinde unos 50 mpg o 6 l/100 km, sabes que es un coche muy económico. Si, por el contrario, te dice que rinde 17 mpg o 17 l/100 km, es probable que estés delante de un Dodge Challenger Hellcat, un muscle car en el que la economía no es un factor a tener en cuenta.
Pero, ¿cómo funciona cuando se trata de coches eléctricos? ¿Cuál es la unidad de medida adecuada? ¿Qué es una buena cifra y qué no lo es tanto?
¿Cuál es la mejor medida?
En la actualidad, fabricantes, concesionarios e incluso anuncios y notas de prensa tienden a presumir de la eficiencia de los vehículos eléctricos citando la autonomía. Francamente, este no es un buen criterio para evaluar lo económico que será un VE.
La autonomía eléctrica de un coche dependerá del tamaño y la capacidad de la batería, y como éstos varían significativamente entre los coches que se ofrecen en el mercado, no es un patrón de comparación suficiente.
Entonces, ¿cuál es el equivalente de L/100m o mpg cuando hablamos de consumo de energía? La forma más habitual de expresar la eficiencia energética de los VE es en kilovatios-hora por cada 100 kilómetros (kWh/100km). Representa la cantidad de energía eléctrica consumida cada 100 km. Esencialmente, cuanto más baja es la cifra, más eficiente es el vehículo.
¿Cómo se compara con los coches tradicionales?
Se calcula que 1 kWh/100 km equivale a entre 0,3 y 0,4 l/100 km de consumo de combustible en un coche convencional con motor de combustión interna.
Volviendo a las cifras de consumo de combustible dadas como ejemplo más arriba, el coche familiar con 6L/100km equivaldría a unos 17kWh/100km (6 dividido por una media de 0,35L/100km). Del mismo modo, 17 l/100 km para el muscle car se traducirían en unos 49 kWh/100 km.
Sin embargo, las cifras reales citadas por los fabricantes de VE indican que los coches eléctricos pueden ser realmente más eficientes. Por ejemplo, un crossover familiar como el MG ZS EV alcanza 17,8 kWh/100 km, lo que no tiene nada que envidiar a un equivalente de gasolina.
Pero cuando se trata de la berlina deportiva de lujo BMW i4 M50, que ofrece una considerable potencia de 544 CV, tiene una cifra de consumo máximo de sólo 22,5 kWh/100 km. Esto lo hace relativamente económico para tratarse de un coche de altas prestaciones.
Algunos coches eléctricos pueden hacer mucho menos, por ejemplo, el pequeño Renault Twizy utiliza sólo 6,3 kWh/100 km.
Ten en cuenta que, al igual que ocurre con los coches con motor de combustión interna, las cifras de consumo indicadas por los fabricantes pueden no ser las exactas que se alcanzan en el mundo real, ya que la eficiencia energética de los coches eléctricos puede variar en función de factores como las condiciones externas y el estilo de conducción.
¿Existen otras métricas para medir el consumo?
A veces se habla de kilómetros por kilovatio-hora (km/kWh), que es básicamente la distancia que puede recorrer el vehículo con un kilovatio-hora de electricidad.
De forma similar a km/kWh, algunos también pueden indicar el consumo de energía como mi/kWh, que se referiría al número de millas que se pueden recorrer utilizando un kilovatio-hora de electricidad.
También existe el kWh/mi, que es la conversión imperial de kWh/100km e indica la energía en kilovatios-hora utilizada para recorrer una milla.
Sin embargo, es importante señalar que kWh/100km es la unidad más utilizada y normalizada para el consumo de energía en el sector de los vehículos eléctricos, especialmente en las regiones que adoptan el sistema métrico decimal.
Sin embargo, hay que decir que sería útil acortar un poco más los kWh/100km, por ejemplo, a k/100?
¿Por qué es importante conocer las cifras de consumo energético?
Además de poder comparar y contrastar coches eléctricos para saber cuáles son los más eficientes, también es importante vigilar las cifras de consumo de energía por el simple hecho de que te permitirá ahorrar dinero.
A medida que el coste de la energía se dispara en todo el mundo, puede que estés reduciendo el gasto en el surtidor de gasolina, pero aún así no quieres que llegue a tu buzón una factura abultada de tu proveedor de electricidad. Por eso, cuanto menor sea la cifra de kWh/100 km, menos energía consumirá el VE y más barato le resultará conducirlo.
Además, ten en cuenta que hasta que no pasemos a fuentes de energía renovables 100%, la central eléctrica que genera la electricidad que utilizas para cargar tu coche también emite CO2 y otras emisiones. Cuanta más energía consuma tu coche, mayor será el coste indirecto del carbono.
¿Qué otros parámetros deben tenerse en cuenta?
No hay duda de que la autonomía es un parámetro útil a la hora de elegir un vehículo eléctrico, ya que da una idea de la distancia que se puede llegar a recorrer antes de recargar y se puede relacionar directamente con los hábitos de conducción y las necesidades de cada uno.
La capacidad de la batería se mide en kilovatios-hora (kWh) y revela la cantidad de energía que una batería puede almacenar. Una mayor capacidad suele traducirse en una mayor autonomía, pero las baterías más grandes añaden peso, lo que puede reducir la eficiencia del vehículo.
La potencia de un coche suele expresarse en CV (caballos de potencia de frenado), métrica que también suele utilizarse para los VE. Sin embargo, los CV se asocian tradicionalmente a los motores de combustión interna, donde se refieren a la potencia del motor sin pérdidas de potencia adicionales.
En el caso de los vehículos eléctricos, la potencia suele expresarse en kilovatios (kW), ya que los motores eléctricos funcionan de forma distinta a los de combustión. Sin embargo, normalmente se utilizan los CV porque son más familiares y conocidos por los automovilistas y los compradores de coches.